En el siglo XIX las haciendas eran los principales entes de comercio en El Salvador. Entre los años 1800 y 1900 se crean las haciendas, que serán las primeras instituciones que se instalen en el país.
El sistema de hacienda era muy particular, ya que cada hacienda tenía un dueño o un grupo de encargados, que serían los que se encargarían de ejercer el poder político dentro de sus terrenos.
Asimismo, cada dueño poseía un control de los ámbitos social, político, cultural, militar y económico de sus tierras y de las personas que habitaran o trabajaran con él.
Por otra parte, la principala encargada de educar a la población sobre los valores morales que debían poseer. La iglesia jugaría entonces un papel muy importante, ya que educaría a las nuevas generaciones de la élite de la hacienda.
Además, a través de la literatura las personas se irían educando para tener la mentalidad moderna de la élite del país. Autores como Salarrué, Arturo Ambrogi serían los principales que las élites leían para irse "empapando" con dicha mentalidad de mantener el poder y ejercerlo de la mejor manera.
En esos momentos, siglo XIX, las tierras eran muy importantes, porque eran los principales recursos a explotar para generar ganancias. Entre más tierras se tenían más ricos eran los dueños.
Este modelo económico ya no es muy importante en la actualidad, ya que las tierras salvadoreñas ya no son explotadas, ya no se trabajan, y son pocas las políticas que el gobierno ejecuta para propiciar el nacimiento de la agricultura de nuevo.
El sistema de hacienda era muy particular, ya que cada hacienda tenía un dueño o un grupo de encargados, que serían los que se encargarían de ejercer el poder político dentro de sus terrenos.
Asimismo, cada dueño poseía un control de los ámbitos social, político, cultural, militar y económico de sus tierras y de las personas que habitaran o trabajaran con él.
Por otra parte, la principala encargada de educar a la población sobre los valores morales que debían poseer. La iglesia jugaría entonces un papel muy importante, ya que educaría a las nuevas generaciones de la élite de la hacienda.
Además, a través de la literatura las personas se irían educando para tener la mentalidad moderna de la élite del país. Autores como Salarrué, Arturo Ambrogi serían los principales que las élites leían para irse "empapando" con dicha mentalidad de mantener el poder y ejercerlo de la mejor manera.
En esos momentos, siglo XIX, las tierras eran muy importantes, porque eran los principales recursos a explotar para generar ganancias. Entre más tierras se tenían más ricos eran los dueños.
Este modelo económico ya no es muy importante en la actualidad, ya que las tierras salvadoreñas ya no son explotadas, ya no se trabajan, y son pocas las políticas que el gobierno ejecuta para propiciar el nacimiento de la agricultura de nuevo.